25 de diciembre de 2006

Talibanes

Hace más o menos un año conocí a una persona muy interesante. Él me enseñó aquello de: Hay que ser un talibán!

Se refería al software libre, más concretamente a Linux. Él creía verdaderamente en ello y, de esa manera, lo defendía con todas sus fuerzas.

Aunque el tiempo pasa y la vida nos separó aquella lección ha ido tomando fuerza en mí. No pienso callarme. No pienso bajar la cabeza. No es que sea un radical loco. Simplemente defiendo lo que creo. Al menos creo en algo.

Así que me da igual que me digan que es peligroso, me da igual que me digan que estoy loco, me da igual que me digan que no puedo hacerlo. Porque el único que puede decidir eso soy yo.

Que os den. Si vosotros no tenéis la suficiente iniciativa para ser coherentes vuestros valores, allá vosotros. Porque a mí no me vais a cambiar.

Si alguien que lea esto se siente aludido, se está equivocando. Las personas a las que me refiero nunca jamás van a leer este blog.

Sí, soy un talibán idealista.

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