28 de febrero de 2008

¿Demasiado duro? ¿Demasiado terrible?

Eso me pregunto antes de traducir las siguientes líneas. El otro día estuve viendo la película "Diamante de Sangre", ambientada en Sierra Leona. Me gustó, refleja una realidad terrible, pero noté como se dejaban en el tintero un elemento muy importante: la guerra contra las mujeres.

Lo que transcribo a continuación es muy duro, muy fuerte, muy terrible. Me considero una persona positiva, pero no puedo evitar meter en mi blog un testimonio de los miles que existen de vez en cuando. Simplemente me afecta demasiado para ignorarlo, para no sentirme enfermo ni volver a levantar la vista hacia el mundo. Sinceramente, no lo leas si no quieres. Pero al menos se consciente de que la verdadera y cruda realidad no va a aparecer en el próximo debate electoral.





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http://www.hrw.org/reports/2003/sierraleone/sierleon0103.pdf

Me estaba escondiendo en el bosque con mis padres y dos mujeres mayores cuando el RUF encontró nuestro escondite. Era la única mujer joven y el RUF me acusó de tener un marido del SLA. Era todavía virgen. Tenía la regla desde hacía poco y acababa de pasar por la sociedad secreta [rito de entrada en la madurez que incluye la ablación]. Había diez rebeldes, incluyendo cuatro niños soldado, armados con dos RPG [lanzagranadas] y AK-47s. Los rebeldes no usaron sus nombres reales y llevaban puestas pasamontañas para que solo se vieran sus ojos. Los rebeldes dijeron que querían llevarme. Mi madre les suplicó, diciendo que era su única hija y que me dejaran con ella. Los rebeldes dijeron que "Si no nos llevamos a tu hija, la violaremos o la mataremos". Los rebeldes ordenaron a mis padres y las otras dos mujeres que se alejaran. Me dijeron que me desvistiera. Fui violada por diez rebeldes, uno detrás de otro. Se pusieron en fila, esperando su turno y miraron mientras me violaban vaginal y analmente. Uno de los niños soldado tenía unos doce años. Los otros tres niños soldado tenían unos 15 años. Los rebeldes amenazaron con matarme si lloraba.

Mis padres, que podían oír lo que estaba ocurriendo, lloraban pero no podían hacer nada para protegerme. Estaba sangrando un montón de la vagina y el ano y me dolía mucho. Mi madre me lavó en agua caliente y sal pero sangré durante tres días. Ya no puedo controlar mi vejiga ni mis intestinos porque me rasgaron. Permanecimos en el bosque hasta que ECOMOG tomó el control sobre Koidu. Cuando salimos del bosque, hasta los adultos huían de mí y se negaban a comer conmigo porque olía muy mal. Tuve una operación en el año 2000 pero no funcionó. Hasta que tuve catéter en 2001, no tenía amigos, porque olía demasiado mal. Todavía me duele y tengo un problema con el flujo vaginal. También tengo pesadillas y me siento desanimada.

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